Tones para los preguntones

Ayer encontramos la página de Antonio Marina, es una página a donde se concentran diversos espacios sobre inteligencia compartida, proyectos educativos, filosofía para niños y pensamiento crítico. Mostramos aquí el tema.

Por Jose Antonio Marina

Una de las razones por las que necesitamos promover la “novena competencia” –la competencia filosófica- es la necesidad que tenemos de desarrollar el “pensamiento crítico” tanto en nuestra vida privada como en la pública. Y la filosofía es la disciplina encargada sistemáticamente de hacerlo. ¿Qué entendemos por “pensamiento crítico”? El que en cualquier situación, ante cualquier opinión propia o ajena, se pregunta: ¿Es verdadero o falso? ¿Es bueno o malo? ¿Cómo lo sé? ¿Cómo puedo justificar una creencia, una opinión o una decisión? El pensamiento crítico busca siempre los “criterios” para discernir y para evaluar.

La búsqueda y aplicación de un criterio de verdad se da en la ciencia, pero se ha perdido en los demás ámbitos de la inteligencia humana, en los que el escepticismo, la glorificación del relato personal y de las opiniones, los integrismos y dogmatismos de todo cuño diseñan una cultura que puede oscilar, como ha demostrado la historia reciente, desde el individualismo que convierte al individuo en único criterio de verdad, hasta el fanatismo que convierte al Estado, a la religión,  la raza en criterio fundamental para evaluar las creencias. El pensamiento crítico en todas las esferas de la vida  es la única defensa que tenemos contra el dogmatismo, el adoctrinamiento, la superstición, los prejuicios, el fanatismo.

Esta capacidad puede y debe fomentarse desde la infancia en la familia y en la escuela. Robert Fisher, en “Como desarrollar la mente de su hijo” da siete consejos para educar lo que denomina “inteligencia filosófica” de los niños:Taller en Buena Vista, Acaxotitlán

  1. Comparta y discuta cualquier pregunta que le intrigue a usted o a su hijo
  2. Pídale a su hijo que defina el significado de las palabras que utiliza
  3. Invite a su hijo a pensar si algo es verdadero o no
  4. Compruebe si lo que dice su hijo está basado en razones y evidencias
  5. Anímele a que explique lo que quiere decir y a compartir ideas con los demás
  6. Ayúdele a considerar las ideas desde diferentes puntos de vista
  7. Pensar bien significa estar dispuesto a poner a prueba y a cambiar las propias ideas

El pensamiento crítico en la escuela debe cumplir tres condiciones básicas: (1) Ha de atenerse a criterios, (b) Ha de tener en cuenta el contexto, (3) Ha de ser autocorrectivo. Michel de Sasseville en “La pratique de la philosophie avec les enfants”, (Presses de l’Univiersité Laval) recomienda las siguientes preguntas orientadoras :

Para orientar el pensamiento en la búsqueda de criterios

Anima a los niños a dar razones:

  • ¿Por qué dices eso?
  • ¿Qué te hace pensar que…?
  • ¿En qué te fundas para pensar que…?
  • ¿Puedes proporcionarme una razón para apoyar lo que defiendes?
  • ¿Podrías decir algo para  probar tu punto de vista

Les anima a evaluar si la razón que han dado es buena:

  • ¿Piensas que esa es una buena razón?
  • ¿Por qué piensas que tu punto de vista es correcto?

Anima a los niños a definir los términos que emplean:

  • ¿Cuándo utilizas esa palabra qué quieres decir?
  • Si una cosa es … ¿cuáles son sus principales características?
  • ¿En qué se diferencia de las demás?

Anima a los niños a sacar las consecuencias de lo que han dicho:

  • ¿De lo que has dicho qué se sigue?
  • Si tú dices eso ¿puedes decir también que…?
  • Si haces eso ¿qué crees que pasará?

Para desarrollar un pensamiento que tiene en cuenta el contexto

Anima a los niños a tener en cuenta los diferentes puntos de vista:

  • ¿Cómo puede ponerse de acuerdo lo que tú dices con lo que dice X?
  • ¿Qué relación puede haber entre lo que dice X y lo que dices tú?

Anima a los niños a buscar una solución a esa divergencia:

  • ¿Es posible buscar otra solución?
  • ¿Pueden ser las dos opiniones verdaderas?
  • ¿Cómo podemos decidir quién tiene razón?
  • ¿Puede ser que valga para unos casos pero no para otros?

Anima a los niños a buscar ejemplos que desmientan lo que han dicho o que lo confirmen:

  • ¿Hay algún caso que nos permita pensar que lo que dice “x” no es verdadero?
  • ¿Puedes ponerme un ejemplo de lo que dices?

Para favorecer la autocorrección del pensamiento

  • ¿No te parece que lo que dice “x” es más adecuado?
  • ¿Podrías encontrar una razón mejor?

Estoy seguro de que estas sencillas preguntas resultan útiles para mejorar el pensamiento de nuestros alumnos a cualquier edad, y también el de los profesores, periodistas, predicadores, tertulianos, políticos, etcétera, etcétera, etcétera.Imagen

El cuarto de los niños II

Conmovidos por la noticia de Connecticut, recordamos estas imágenes que posteamos hace apenas un par de días antes de que sucediera el trágico evento en el que perdieron la vida profesores y profesoras, así como veinte pequeñitos de entre 5 y 7 años.

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De los cuartos que el artista fotografió en Estados Unidos no hay ninguno que no sea, justo es decirlo, aterrador: un chico amante de las armas, una niña con todas las medallas en artes marciales habidas y por haber, y el el niño que en sus ratos libres practica el mundo de los negocios.

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¿Qué clase de adultos son capaces de creer que eso es sano? No es sano el mundo de la «competitividad», de la «cosificación» y del ganar por ganar. Crea gente enojada, egoísta y estúpida que antepone lo material a cualquier solidaridad humana; el mundo del competir, del ganar por encima de todas las personas en todas las circunstancias, crea desalmados capaces de utilizar lo que sea, o a quien sea, con tal de salirse con la suya.

No miden las consecuencias, no valoran ni la amistad, ni la empatía, ni la convivencia, son seres que han perdido el alma, literalmente, en el afán de obtener lo que se les antoja: reconocimiento, fama, títulos, cargos, dignidades, objetos, propiedades, personas, estatus, lo que sea y sí, se han convertido en unos desalmados: zombis que en lugar de tragar cerebros quieren más de lo que sea, no paran, no hay nada que los haga sentirse bien y en comunión con nadie: vacíos del corazón, metafóricamente, se llenan de poder, de horror y de maldad y de berrinches. Estos seres esperan que el mundo se acomode a sus designios tiranos, inocuos, la mayoría de las veces, pero insufribles, y que en la medida en que siguen acumulando frustración y encono pueden llegar a ser si no asesinos sí seres capaces de las peores bajezas, traición, corrupción, falsos testimonios,  engaños, delación entre otras linduras.

La sociedad estadounidense modelo idóneo de la sociedad de consumo, se ha convertido en un semillero de asesinos, como el de esta escuela; pero en nuestro país no vamos por mejor camino, en otras circunstancias y con otros factores nuestros niños y jóvenes no lo están pasando mejor, no estamos creando mejores circunstancias de desarrollo.

Algo estamos haciendo mal, creemos que evitar la frustración de nuestros niños y jóvenes les hará bien, creemos que ellos son los «reyes» y «princesas» y que les hacemos mucho bien volviéndolos «competitivos».

Vale mucho la pena que revisemos dónde  duermen nuestros niños, ¿qué sueñan?, ¿qué los hace felices?, ¿con quién comparten?. ¿cómo lidian con la frustración? y si es necesario hacernos esas mismas preguntas con respecto de nosotros mismos, saber ¿cuáles son las expectativas con las que los estamos criando?, ¿Hacía  qué modelos de solución de conflictos  los estamos  guiando?

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¿Por qué tenemos que comprar lo que ellos dicen?

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El asunto de que el rosa es sólo para las niñas o de que a las niñas no se les compran superhéroes, sólo princesas. Más allá de que vivimos en un mundo que establece un régimen de consumo exacerbado, está el asunto de que se moldea el consumo de manera que no sólo te incitan a comprar sino a comprar de cierta manera para modelar tus conductas, ante eso Riley plantea una serie de preguntas de lo más brillantes para cuestionarnos en qué clase de mundo estamos viviendo y en cuál nos gustaría vivir. La vocación por cuestionar es indispensable para elegir modos y modelos de vida más dignos y alegres de nosotros y de las personas que más queremos.

El cuarto de los niños

Israel_Douha_630 Brazil_Erien-630 Israel_Tzvika_630 Kenya_Irkena_630 Nepal_Indira_630 UK_Lewis_630 USA_Joey_630 USA_Samantha_630 USA_Jaime_630 UK_Lewis_630 Mexico_Maria_630¿Dónde duermen los niños del mundo? Estas 10 habitaciones en 7 países distintos Inglaterra, Brasil, México, Cisjordania, Nepal, Kenia y Estados Unidos muestran las enormes diferencias de condiciones económicas y sociales en las que viven los niños alrededor del Mundo.

El libro Where Children Sleep de James Mollison reúne decenas de fotografías de niños alrededor del mundo y los cuartos donde duermen. Mollison recuerda su propia habitación, que pudo decorar y llenar de objetos para hacerla única, pero pronto se dio cuenta que no todos los niños tienen esa comodidad, muchos comparten cama con sus familiares y otros (como Irkena de Kenia) que duermen al aire libre. Después de ver estas fotografías podemos ver que el cuarto de un niño a veces es más bien el reflejo del mundo exterior.

El libro fue escrito y presentado para que niños de todo el mundo reflexionen sobre los demás, no obstante la reflexión nos obliga a preguntarnos ¿dónde duermen los nuestros?  Pues la semilla del mundo que nos tocará en el futuro está en los sueños y en los cuartos de los niños de hoy.

Del blog Mamá Natural